jueves, 4 de febrero de 2010

Programas juveniles (de la televisión abierta)


Hoy voy a ahondar un poco en la intrincada madeja intelectual que resultan los programas juveniles de televisión abierta.

Leyendo LUN, uno de los medios de comunicación escrita más importantes de nuestro país, que de paso, no sólo entrega contenido, sino que lo hace a un precio accesible para todos (e increíblemente logra un balance precio-calidad que permite su uso posterior como papel higiénico, servilletas, cortinas, frazadas, etc.), me encontré con esta interesante declaración de Rosemarie, ex miembro del team Mekano “Si de la TV llaman a los ex Mekano, es porque servimos”.

Ok, lo más probable es que Rosemarie no se haya preguntado “¿Para qué?”.

La pregunta de Rousmeri, para ser respondida, requiere de una breve explicación de qué se necesita para lograr un programa juvenil en la actualidad, en nuestro país. Si fuese directora de un show de televisión diría que:

- Jóvenes desorientados, asustados, pero con unas encomiables ansias de llamar la atención y de ser reconocidos por sus pares.

- Música del momento. Cualquiera, da igual, mientras sea posible que el camera man grabe en sus coreografías traseros, bubies y bailes al borde de las tocaciones indebidas.

- Un cerebro que indique qué hacer a todos los participantes (sí, por increíble que parezca, sólo se necesita uno).

Con todos estos ingredientes, es imposible que un programa salga mal, obvio. Sin embargo, me tomaría el tiempo, como directora, de explicarle a la ávida de conocimiento Rousmeri el por qué este tipo de programa tiene éxito: 1) Otorgan diversión, 2) Rápido (espero que Rousmeri lo haya entendido).

Sin embargo, si Rousmeri realmente se concentra, podría preguntarme que por qué la fórmula que ya di para crear un programa juvenil, es la misma que se usaba hace 8 años atrás, y por qué aún así el programa tiene el mismo éxito.

Yo, no podría negarme a responder que la fórmula es la misma puesto que los jóvenes siguen siendo jóvenes, y que por ende, no podrán resistirse a un cóctel hormonal de llantos, sexo y peleas.

Y por qué sigue teniendo éxito: puesto que los jóvenes siguen viéndolo. Si tan sólo supieran que basta con no verlos para acabarlos, para desafiar a pensar qué es lo que realmente quieren jóvenes, la fórmula muere.

En resumidas cuentas, como directora, puedo decir que los jóvenes tenemos lo que nos merecemos. Ni más ni menos.

Ojo. No hago un juicio sobre si son buenos o malos los programas de televisión de este tipo, discusión más vieja que el viejito pascuero (que SÍ existe, es un hombre gordo que no trabaja más que un día al año, y el mundo está lleno de santas! *-*), sólo digo que si aún los siguen transmitiendo, y hasta reutilizando a las mismas "figuras", es porque no hacemos nada para cambiarlo. Bueno, no nosotras viejas secas, sino los jóvenes de ahora xD

Ahora, querida Rousmeri, volviendo a tu pregunta, ¿Para qué te llamaron de nuevo?

No sé cómo responderte. Lo único que espero es que no te llamen de nuevo en 8 años más.

Besos!

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